Los chilenos nos destacamos por ser poco consecuentes si salen bien las cosas nos apoyamos y todos felices, pero si no salen nos culpamos y damos las espaldas: como ejemplo les diré cuando gana la selección de fútbol todos felices y contentos, los jugadores son héroes y al director técnico lo engrandecemos. Pero si pierden se pide la cabeza del director técnico y la de algunos jugadores.
Hago esta reseña por que además no tenemos memoria engrandecemos a alguno y otros son olvidados. En esta ocasión me quiero referiría a los hombres y por que no a las mujeres que ayudaron a forjar esta patria, hay muchos pero los mas conocidos fueron los Hermanos Carrera y O'Higgins, pero olvidamos a quien dio mucho y ayudo a tener patria, me refiero al señor Manuel Xavier Rodríguez Erdoíza.
Manuel Rodríguez nació el 25 de febrero de 1785, en Santiago. Hijo del español Carlos Rodríguez de Herrera y de la peruana María Loreto de Erdoíza y Aguirre. Hombre acaudalado, abogado de profesión, diputado, secretario de guerra, capitán de Ejército y Director Supremo.
Pese a todos esos cargos de importancia lo que más se destaca de él, y que le dio fama es el hecho de haber estado trabajando en la clandestinidad, durante el periodo de la reconquista. En múltiples ocasiones cruzó la cordillera de los Andes trayendo y llevando mensajes secre
tos de José de San Martín y preparando el terreno en Santiago para la ofensiva del Ejército Libertador. Llegando a ser el hombre más buscado del reino. Su bibliografía cuenta con innumerables escenas de aventuras en las que aparece burlando a sus perseguidores una y otra vez, disfrazado de fraile o de huaso, o desnudo en la noche escabulléndose por entre decenas de soldados talaveras y cruzando a nado el río Mataquito. Su trabajo para la causa patriótica comenzó mucho antes de
Su relación con otros caudillos de
Debo recordar que fue Manuel Rodríguez, quien dijo cuando los ánimos de los patriotas estaban decaídos tras el desastre de cancha rayada, es ahí donde a viva voz grita “¡¡¡Aun tenemos patria, ciudadanos!!!”. En pocas horas Rodríguez organizó y armó un regimiento que llamó Los Húsares de
Su figura, romántica y popular, se convirtió en un mito que ha inspirado tanto a poetas y compositores chilenos, como a cineastas, constituyendo el tema de la primera película chilena El húsar de la muerte, de Pedro Sienna.
Toda esta reseña, es para decir que nos olvidamos de quienes nos dieron una nación libre, y aunque hace poco tuvimos la ocasión de resaltar a este gran chileno no lo hicimos, inclúyeme ya que tampoco lo hice y me refiero a la votación que se hizo para elegir a través de la web de www.grandeschilenos.cl .
No quiero desmerecer al ganador, pero olvidamos resaltar a quienes lo merecen, y deberian tener un lugar importante en nuestro acontecer nacional y olvidar lo que nos separa, sino ver la forma de unir a nuestros compatriotas.
