martes, 16 de diciembre de 2008

Viejito Pascuero


La leyenda del Viejito Pascuero nace en la zona de Licia en Asia Menor, cuando en el siglo IV, San Nicolás, Obispo de Myra, dejó de regalo la dote de matrimonio a tres doncellas, que serían vendidas como esclavas por su padre, al no poseer el dinero para casarlas como indicaban las costumbres de ese tiempo. El regalo, que correspondía a la dote en monedas de oro, fue dejado en las medias de las doncellas, naciendo de ahí la tradición de dejar los calcetines en la chimenea. Posteriormente, la región se enteró de la bondad del Obispo, el cual protegía a los desamparados, marginados y necesitados de Myra, quienes lo convirtieron en su santo patrono.

La leyenda se extendió por todo el norte de Europa, Rusia y hasta Grecia, adquiriendo dimensiones míticas, puesto que este Santo premiaba las buenas acciones y castigaba las malas. Para la fecha de muerte del Obispo, el 6 de diciembre, se siguió celebrando esa festividad con la entrega de regalos, surgiendo así la Navidad medieval.

En el siglo XVI, la Reforma Protestante dejó de celebrar las festividades cristianas, pero la gente se había acostumbrado a celebrar la Navidad y continúo con la tradición. En el siglo XVII, los alemanes adoptaron la creencia de San Nicolás por Sinterklaass y la llamaron Santy Claus, por fonética. Con los años el nombre evolucionó a lo que hoy conocemos como Santa Claus.

Durante el siglo XIX, Santa Claus fue representado de muy distintas formas, desde un gnomo jovial a un hombre de aspecto severo. En 1862 se realizó la primera ilustración de Santa Claus en pleno descenso por una chimenea. Poco a poco fue adquiriendo la forma que conocemos hoy en el Polo Norte. Luego, sus ropas se colorean de un rojo brillante. En 1931, Coca-Cola encarga la remodelación de Santa Claus para hacerlo aún más cercano y creíble. Había nacido el actual Viejito Pascuero.


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